Estudiar una carrera universitaria sin contar con un método de estudio, supone todo un reto muy complicado de afrontar. Ya sea porque hace mucho tiempo que dejaste de estudiar o porque tu ritmo de vida ya no es el mismo.
Además, puedes sentir presión porque hay otras actividades que ameritan de tu tiempo o simplemente porque crees que tus clases serán complejas y no entenderás nada.
Pero no hay motivos para que te asustes, con esta lectura aprenderás varios secretos que te serán de mucha ayuda.
Para darle batalla a esta idea de que volver a estudiar es difícil, existen muchos programas educativos que se adaptan al ritmo de vida actual, ofrecen costos y horarios accesibles además de una amplia oferta educativa para que logres cursar una carrera universitaria a pesar de tus otras responsabilidades.
Pero por más facilidades que encuentres en la universidad, contar con un buen método de estudio es fundamental para tu vida académica.
Dicho esto, en este articulo podrás conocer 8 métodos de estudio que te facilitarán tu camino para obtener un título universitario.
1. Conoce cómo aprendes
Los seres humanos aprendemos de diversas maneras; si recuerdas más las cosas cuando las escribes, entonces toma nota del tema que estudies y mantén tus apuntes actualizados.
Para lograr este objetivo siempre carga papel y lápiz para anotar.
Si tu memoria es más auditiva, concéntrate en escuchar las explicaciones de los docentes y cuando leas, hazlo en voz alta para que te escuches a ti mismo y refuerces la comprensión.
Si tu memoria es visual, haz esquemas y organiza la información de tal manera que siga secuencias o esté en cuadros sinópticos o mapas mentales.
Este método de estudio te permite identificar tus fortalezas al aprender a explotarlas y sacarles el mayor provecho en cada tema y concepto por aprender.
2. Organiza grupos de estudio
Los grupos de estudio pueden organizarse de diferentes maneras.
Desde un grupo de chat digital hasta sesiones organizadas cada semana para estudiar de forma presencial. Ambas ideas son buenas estrategias para hablar constantemente acerca de los temas vistos en clase.
Convivir y platicar de los temas estudiados te ayudará a conocer otros puntos de vista y distintas maneras de explicar lo visto en las aulas.
Este método de estudio genera un ambiente de confianza para externar dudas que a veces por pena o temor no se dicen.
Una gran ventaja de estudiar en grupo es que conoces a personas con intereses y gustos en común, además puede ser que tus compañeros tengan las mismas inquietudes que tú sobre los temas vistos en clase.
3. Un pomodoro, dos pomodoros
Pomodoro es un método de estudio para organizar el tiempo que se dedica a una actividad, en este caso es al estudio.
Consiste en cronometrar 25 minutos de aprendizaje, que es a lo que se le llama un pomodoro, y después 5 minutos de descanso.
Si un tema requiere más tiempo para ser estudiado o leído, entonces le asignas 2 o 3 pomodoros con sus respectivos intervalos de descanso. Cada 4 pomodoros debes descansar media hora.
Durante los 25 minutos de estudio no debes tener ninguna distracción y toda tu atención se centrará en lo que debes estudiar.
Aléjate del celular, busca un lugar tranquilo y alejado de ventanas que tengan mucho movimiento en el exterior, pon música que te ayude a concentrarte y coloca todo lo que vayas a necesitar a la mano: cuaderno, plumas, lápiz y calculadora.
4. Usa cronogramas
Utiliza una agenda o calendario, ya sea digital o impreso, para asignar y planificar con anticipación los días y horas que destinarás a estudiar.
De preferencia repite horarios cada semana o meses para que después de un tiempo ya tengas el hábito de estudiar en esos intervalos, esto te ayudará cuando tengas entregas finales o proyectos con deadline próximo.
Utiliza colores para distinguir entre los espacios de estudio, los de lectura, los que dediques a realizar tareas o investigaciones y los de esparcimiento.
La organización a través de tablas o cronogramas te ayudará a cumplir con todas tus actividades y a que tengas un panorama general en caso de que necesites hacer ajustes a tu rutina.
5. Tú eres el maestro
Después de ver un tema, explícaselo a alguien más con tus propias palabras, de esta manera te darás cuenta de qué partes o conceptos no te quedaron claros del todo y cuáles sí comprendiste.
Organiza en tu mente o en un papel la información y hazte preguntas como ¿qué es?, ¿cómo se aplica? y ¿qué significa?
Las preguntas que no contestes o en las que dudes, répasalas. Este método requiere de honestidad de tu parte para reconocer cuáles temas o subtemas no te quedaron claros y repasarlos.
6. ¿Qué acaba de pasar?
Al terminar cada clase, haz un repaso mental de los puntos o conceptos que aprendiste y repite en tu mente: acabo de aprender _________ y tiene como conceptos clave ________, su aplicación la puedo ver en ________.
De esta manera la información no se perderá y se formarán conexiones neuronales de refuerzo.
Esto te ayudará a identificar tus áreas de oportunidad para implementar estrategias y métodos de estudio más eficaces.
7. Algo nuevo y algo viejo
Al aprender algo nuevo es recomendable relacionarlo con un conocimiento previo. Es como si hicieras una cadena con clips y vas enganchando uno tras otro para que no se caigan.
Esto es algo que haces con naturalidad cuando te presentan a alguien que se llama igual que tu prima o tu hermano y al relacionar los nombres es más fácil recordarlo.
De la misma manera al relacionar un tema con otros será más fluido el aprendizaje.
8. Lee, descansa, cambia de tema y repite
Dedicar mucho tiempo a la lectura o estudio de un tema hará que te parezca interminable, es mejor si divides los temas por conceptos o apartados y estudias una asignatura y luego cambias a otra.
De esta forma “cambias el chip” y estimulas a tu mente con un nuevo reto constantemente.
Trata de intercalar materias que se te dificultan con las que se te hacen más sencillas.
¡Y listo!
Además de éstos, existen muchos otros métodos de estudio que te pueden ayudar mientras cursas una carrera universitaria. ¡Tú puedes!
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