El derecho a ser asistido por un abogado defensor se encuentra tipificado en el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Mexicanos, donde establece que el Estado garantizará la existencia de un servicio de defensoría pública de calidad para la población.
Si quieres aprender qué es y cómo ser un buen abogado defensor para tener éxito, ¡entonces esta lectura es para ti!
Es aquel que se encarga de litigar en pro de los intereses jurídicos o patrimoniales de su cliente. Busca —mediante el correcto desenvolvimiento de sus funciones— procurar la sana y justa administración de justicia siempre a favor de su defendido, evitando vicios en el proceso, actuando de manera trasparente y profesional en cualquiera que sea la instancia y naturaleza jurídica donde se encuentre ejerciendo.
A continuación, conocerás 3 características que te harán tener éxito como abogado defensor.
Un buen abogado defensor es aquel que discute con los argumentos lógico-jurídicos más acertados para garantizar el buen desenvolvimiento de sus funciones en búsqueda de la dispositiva deseada, a favor de su defendido.
Esta es una característica imprescindible, ya que no podemos intentar defender cualquier situación sin antes haber buscado la normativa, jurisprudencias o casos similares que puedan servir de base para emitir argumentos válidos y efectivos en cualquier etapa del proceso.
Un buen abogado siempre investiga para dar la respuesta más apropiada y argumentada de la mejor manera. Ante cualquier problemática, lo mejor siempre será investigar antes de dar un juicio de valor.
Lee, estudia e investiga para que puedas debatir de forma técnica y con buenos argumentos. Recuerda, tienes el bienestar jurídico de tu cliente en tus manos, ¡es imprescindible hacer un trabajo de calidad!
El trabajo de un abogado defensor es muy parecido al de un investigador, pues ambos deben indagar las pruebas pertinentes a los cargos. De esta forma, podrá tener un rango de acción mucho mayor y podrá solicitar la comunicación con testigos, contratar expertos —peritos— o reunir pruebas adicionales.
Ante una acusación, no podemos quedarnos con lo que se encuentra plasmado en el papel, debemos ir más allá y atacar dichas pruebas para encontrar la mejor solución al caso.
Una vez sentenciada la condena, y en caso de ser necesario, un buen abogado defensor debe apelarla para que el caso pase al superior del juez y éste se pronuncie al respecto de la providencia impugnada y luego decida si procede a confirmarla, revocarla o modificarla.
Esta es una diferencia sustancial entre un buen abogado defensor y los que no lo son, debido a que estos últimos normalmente le temen a la segunda instancia del proceso, derivando al cliente con otro abogado o, en el peor de los casos, dejando perimir los lapsos de apelación o no actuar por mero desconocimiento, generándole gravísimas consecuencias jurídicas a su defendido.
Si quieres destacar y tener éxito en tu profesión, debes diferenciarte del resto. ¡Estudia, investiga y atrévete a dar todo de ti!
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